Qué instituciones investigan sobre Cómo influyó el Imperio Romano en la Península Ibérica: fuentes, centros de investigación y proyectos clave

¿Qué aportaron los romanos a la península ibérica?
¿Qué influencia tuvo el Imperio Romano?
En el plano jurídico y administrativo, la influencia del Imperio Romano es vastísima. El derecho romano formó la base del derecho civil europeo y occidental, con conceptos como contratos, obligaciones, propiedad y testamentos que evolucionaron en códigos y jurisprudencia a lo largo de los siglos. Además, el modelo de ciudadanía y de administración provincial, con magistraturas, un Senado y autoridades locales, moldó ideas sobre estados centrales y descentralizados que perduran en la historia institucional.
En infraestructura y urbanismo, el Imperio Romano dejó una red de calzadas que conectaban ciudades, un sistema de acueductos para el agua y un desarrollo de infraestructura urbana como foros, termas, anfiteatros y baños públicos. Estas obras, junto con las técnicas de ingeniería y la planificación de ciudades, establecieron estándares que influyeron en la arquitectura y la planificación de ciudades en el mundo occidental durante siglos.
En lengua y cultura, el latín se convirtió en la lengua de administración, derecho y literatura, dando lugar a las lenguas romances y a una tradición literaria y educativa compartida. La romanización difundió costumbres, símbolos y conceptos administrativos, además de influir en la educación, la nomenclatura geográfica y la tradición religiosa a través de su legado cultural y la Iglesia.
¿Qué impusieron los romanos con su invasión a la península ibérica?
Con la invasión y la consolidación del control, los romanos impusieron un marco administrativo basado en provincias y una organización de ciudades dentro de un sistema romano. Este proceso convirtió a la península en Hispania Citerior y Hispania Ulterior, dirigidas por gobernadores que supervisaban la recaudación, la seguridad y la administración local. A nivel territorial se promovió la creación de municipios y colonias para integrar a la población dentro del imperio, con derechos y deberes debidamente establecidos.
En lo urbano y la infraestructura, se impuso la planificación y la construcción de una red de ciudades y de obras clave: calzadas, puentes, acueductos, puertos y teatros; estas obras facilitaban el movimiento de tropas, el comercio y la administración. Esta infraestructura consolidó la romanización al convertir las ciudades peninsulares en centros administrativos y económicos vinculados al resto del imperio.
En el plano lingüístico y legal, se consolidó la lengua latina como lengua de administración y cultura, y se introdujo el derecho romano para contratos, propiedad y administración de justicia. La religión experimentó un sincretismo, integrando dioses locales dentro del marco de la religión romana y promoviendo prácticas cívicas en templos y santuarios que fortalecían la identidad romana.
En lo económico y social, se reorganizó la economía mediante sistemas de tributos, monetización y organización de las ciudades, al tiempo que se promovía la ciudadanía para ciertos colectivos y la presencia de militares que aseguraban rutas, fronteras y la seguridad de las provincias. Estas imposiciones configuraron una estructura social y económica orientada por el modelo romano, consolidando la administración, la economía y la cultura del território.
¿Cómo influyó la invasión romana en la evolución del español?
La invasión romana en Hispania (206 a. C. – s. V d. C.) introdujo el latín como lengua de administración, comercio y vida cotidiana. En esa fase predominó el latín vulgar, menos rígido que el latín clásico y más propenso a variaciones regionales, lo que dejó huellas profundas en la pronunciación y la gramática que sostendrían la evolución del español.
Con el tiempo, el latín vulgar de las provincias se mezcló con los sustratos prerromanos (ibero, céltico) y con contactos entre lenguas, generando el latín hispánico y variantes regionales que, a la larga, evolucionarían hacia el romance ibérico y, finalmente, hacia el español.
La romanización dejó un extenso vocabulario latino y una estructura gramatical que se filtraron en el habla cotidiana, así como en la administración y en la Iglesia. Este legado léxico y morfosintáctico proporcionó una
