Salud, lo más deseado por todos y lo no siempre comprendido

Al aproximarse las fiestas navideñas buena parte de los adultos hacen balance del año que está a punto de finalizar.

Con frecuencia los logros conseguidos distan bastante de lo que uno se había propuesto al comienzo del año. Ni practicar ejercicio con asiduidad, ni mejorar la alimentación, ni aprender idiomas y mucho menos sacar tiempo para huir de un trabajo que con frecuencia aporta decepciones y satisfacciones a partes iguales.

Y es que, en una amplia mayoría de casos los propósitos de año nuevo son irrealizables, por lo que podrían guardarse en un cajón y recuperarse año tras año como nuevos propósitos para el siguiente.

Pero, ¿por qué resulta tan complicado llevar a cabo algo que todos saben solo reportará beneficios a sus vidas?

Sin duda, el tipo de vida que se lleva en la actualidad es culpable de gran parte de los fracasos a la hora de lograr objetivos, algo que el coronavirus ha venido a complicar aún más.

Y es que, “durante este largo año el Covid-19 ha sido el detonante de muchos problemas relacionados con la ansiedad, el estrés, los estados depresivos, así como de problemas laborales, de pareja o con los hijos” comentan psicólogos en Pozuelo de Alarcón.

Pese a que durante los largos meses de confinamiento los ojos estuvieron puestos principalmente en los grupos más vulnerables, es decir, los adultos mayores y los niños, lo cierto es que los adultos han tenido que aguantar estoicamente todo lo que les caía encima sin rechistar y sin dar muestras de debilidad, dado que los pequeños estaban siempre ojo avizor.

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Y es que, el teletrabajo, la ausencia de vida social y de cualquier tipo de esparcimiento que hiciese olvidar, aunque fuera por un momento, la situación que se estaba viviendo, unido a la incertidumbre de saber cuándo terminaría todo esto y la imposibilidad, en muchos casos, de despedirse para siempre de personas de la familia ha motivado que muchos adultos presenten problemas que si no son tratados a tiempo pueden ser origen de trastornos mucho más graves y, por lo tanto, más difíciles de tratar.

Asimismo, y tal y como apuntan los expertos, “el coronavirus no ha sido solo detonante, sino que en muchos casos ha venido a agravar los problemas y patologías que ya presentaban algunas personas antes de su aparición, como es el caso de aquellos que padecían depresiones, trastornos de la alimentación, obsesiones, miedos y fobias, así como conductas adictivas”.

La pandemia ha puesto de manifiesto la debilidad del ser humano, no solo en el aspecto físico, sino también en el psicológico. Este puede ser un buen momento para aprender que la salud es un todo, y que solo cuando se goza de plena salud psicológica y física se está sano.