Inversión: la ecología y el medioambiente como valor en alza

Con los mercados que no terminan de aclarar la situación a inversores por los bandazos que van sufriendo en los distintos parqués a nivel internacional según se conocen datos sanitarios, son muchos los pequeños inversores que no tienen claro dónde dirigir la mirada para tratar de salvaguardar, fuera de la cuenta corriente, sus ahorros.

Si hasta hace poco analistas apostaban por planes variados en los que la inversión estuviera bien diversificada para conseguir un pequeño rendimiento, ahora se habla de la ecología y medioambiente como refugio en los próximos meses si se apuntan a las empresas que están apostando por desarrollos para garantizar proyectos que sirvan a la humanidad, en mayúsculas, a tratar de frenar nuevas pandemias.

Durante todos estos meses se ha demostrado que la biodiversidad es el mejor de los escudos frente a nuevos virus, sin embargo, viendo la situación medioambiental global, no en lo local sino en lo general, se constata que el cuidado ha sido nulo.

Un estado medioambiental no perjudicado es capaz de parar el polvo del desierto cuando las borrascas y rachas de viento las hacen viajar miles de kilómetros, pero también es capaz de garantizar que las especies no están estresadas y, por tanto, si portan cargas víricas, son mínimas.

Si ya en julio se conocía que, la mala gestión de la Red Natura, podía suponer sanciones a nuestro país, es el pequeño inversor el que puede hacer que todo cambie en el medio y largo plazo, apostando por compañías que, actualmente, están apostando por innovar y permitir que existan nuevos desarrollos biosostenibles capaces de mejorar la capacidad de reacción de la naturaleza.

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De hecho, fueron los fondos más rentables de 2019, con rendimientos en algunos casos que rozaron el 25%.

La concienciación por el cambio climático, por la necesidad de protección al planeta para mejorar la calidad de vida, por reforestar y cuidar zonas que han sido durante años aisladas de cualquier tipo de política sostenible o incluso por innovar con productos que no perjudiquen al medioambiente gracias a ser totalmente biodegradables, que eviten lanzar al planeta más desperdicios o que cuiden la fauna, han supuesto un antes y un después incluso en la forma de inversión en los mercados.

Está quedando claro que, los fondos sostenibles, tienen mucho más recorrido y repercusión positiva, por no hablar de rentabilidad.