Precauciones en los toldos de zonas con aire y lluvias

España es uno de los países en los que más toldos se montan cada año. Sus horas de sol y el calor que viene acomodándose en los últimos veranos han hecho que, incluso en zonas del norte, se empiezan a instalar de forma habitual este tipo de protección solar. 

Sin embargo, el norte es zona de lluvias y vientos fuertes cuando llegan borrascas por el Cantábrico, de ahí que haya que tener en cuenta las recomendaciones de expertos como Eguzki, expertos en la instalación de toldos de sol en Irún.

¿Cuáles son esas recomendaciones?

En primer lugar, ponen el foco en la calidad del material. Es necesario asegurarse de que sea resistente y duradero. “Los toldos de calidad suelen estar hechos de tejidos impermeables y resistentes al viento. También es importante que el marco o estructura de soporte sea sólido y resistente” explican.

De hecho, uno de los principales puntos a tener en cuenta es ser capaces de encontrar el anclaje adecuado que evite que las inclemencias climáticas levanten o dañen la estructura.

Una de las recomendaciones habituales será el instalar el toldo con la pendiente adecuada para que pueda evacuar o escurrir la lluvia sin tener riesgo de que se acumule y rompa la superficie de tela con su peso o bien que dañe el material.

Quizás también te interese:  Monlais le da al 2021 Flamencura

“Si es posible, optar por un toldo retráctil que se pueda recoger cuando no esté en uso es un acierto. Esto protegerá el toldo de vientos fuertes y condiciones climáticas adversas. De hecho, hoy en día hay sensores que, en el momento que detectan viento, automáticamente recogen el toldo y resguardan en su cofre, otra de las recomendaciones para garantizar una mayor durabilidad” cuentan.

Realizar un mantenimiento regular es siempre una buena decisión. Limpiar el material con agua y jabón neutro, verificar los mecanismos de funcionamiento y reemplazar cualquier pieza desgastada o dañada alargará su vida útil.

Sin duda, hay que pensar que en zonas del norte serán de gran ayuda si, como estos años pasados, el sol calienta de más en verano. La sensación térmica y la protección de los rayos es bienvenida cuando se trata de evitar exponerse a las peores horas y proteger las casas de la entrada de esa luz que acaba calentando los ambientes.