¿Cómo afrontan las familias la incertidumbre económica?

Como ya ocurriera en la anterior crisis, por muchos datos macroeconómicos y esperanzas que se lancen desde los gobiernos y desde las entidades bancarias internacionales, quienes de verdad sufren los parones económicos de manera directa son las familias.

De hecho, son el primer test del estado real económico en un país y, en el nuestro, ahora mismo, hay una gran incertidumbre.

Si ya antes de que explotara la pandemia, se empezaba a hablar de un parón económico que podría provocar incluso una recesión, la llegada de la Covid19 a nivel nacional e internacional ha acelerado el proceso y ya se deja notar en la economía de los domicilios.

Durante los meses de confinamiento, la realidad no fue la que muchos comentaban: la compra realmente incrementó considerablemente su precio. Eso es algo que en cualquier núcleo familiar se comentaba. Y era real. Compras que antes se podrían realizar con productos frescos por unos 50 euros, pasaron a unos 65-70 euros. ¿Motivos? En realidad el precio de los productos en el mercado y la carencia de transporte en muchos casos.

Pero la normalidad no ha rebajado esto. De ahí que, la tendencia actual a la vista de las soluciones empresariales tras los ERTES (aún presentes en gran parte del tejido productivo y empresarial de España), la falta de la llegada del Ingreso Mínimo Vital prometido e incluso la incertidumbre económica, está haciendo que casi el 20% de las familias españolas se planteen y comiencen a reunificar las deudas de cara a evitar impagos si, como se presagia, la situación no revierte.

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Los españoles, desde que comenzara el confinamiento, apostaron por la prevención, incrementando el índice de ahorro – en la medida cada uno de sus posibilidades – de cara a lo que pudiera llegar en el otoño y, sobre todo de cara al primer semestre de 2021, cuando de verdad se espera que la situación crítica económica se deje notar de una forma más plausible.

Y aunque pueda parecer una buena noticia, la realidad es otra: el ahorro no siempre se revierte en consumo futuro sino en pago presente ante el incremento del precio de productos y servicios.

Así que las familias buscan blindarse in extremis ya que tampoco los sueldos permiten un ahorro que lleve a un colchón de tranquilidad: reunificación y, de nuevo, como en 2008, olvidarse de lujos y caprichos. Una situación que, aunque poco, ya empezaba a cambiar en la era pre covid.

El endeudamiento español, sumado a los pocos ahorros disponibles, pueden ser un verdadero problema para un porcentaje bien alto de la sociedad. Y la preocupación en este sentido también llega cuando, como consecuencia de la situación económica y sanitaria, muchas parejas han decidido esperar a ser padres.

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