El 85% de las familias desplazadas no asegura una alimentación adecuada a sus hijos

MADRID, 14 (SERVIMEDIA)

El número de familias refugiadas o desplazadas que piden prestado para cubrir sus necesidades básicas se ha duplicado con respecto a 2022, y el 85% de ellas no consiguen comida suficiente para garantizar una alimentación adecuada.

Además, el 25% de las familias responde al aumento de las presiones financieras manteniendo a sus hijos fuera de la escuela, y el 19% ha enviado a sus hijos a trabajar, según una encuesta de World Vision «centrada en infancia de hogares de desplazados» publicada este miércoles que revela un incremento del hambre y de la violencia contra estos niños por tercer año consecutivo.

Las cifras uperan incluso a las de 2021, «en el punto más álgido de la pandemia», indicó la ONG. «Las necesidades de niños y niñas en lugares como Siria, Níger, RDC y Afganistán son ahora mayores de lo que han sido en años, pero no hay fondos suficientes para responder», destacó Amanda Rives, directora de Gestión de Desastres de World Vision.

A su juicio, «estos niños están siendo olvidados», ya que la organización sostiene que en la actualidad, millones de niños y niñas luchan por sobrevivir en campos de refugiados.

El informe ‘Invisibles y olvidados: Los niños desplazados pasan más hambre y corren más riesgos que nunca’, revela que los padres están muy preocupados porque sus hijos corren un mayor riesgo de sufrir violencia. El hambre y la desesperación les están obligando a sacar a sus hijos de la escuela y enviarlos a trabajar, o a venderlos para ser casados.

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En total, casi un tercio de los hogares tiene un hijo sin escolarizar y sólo el 11% puede hacer frente por completo a los gastos de educación, frente al 31% de 2022. Según Rives, «llevamos tres años seguidos encuestando a desplazados forzosos, y más familias que nunca (el 41% -frente al 30% de 2022-) nos dicen ahora que sus hijos corren un mayor riesgo de sufrir violencia». «Los niños y niñas que viven en campamentos de desplazados tienen dos veces más probabilidades de verse obligados a trabajar, en comparación con los que viven en otros lugares», señaló.