Elecciones en Estados Unidos: un contexto muy distinto y cambiante

Estados Unidos se prepara para una de las elecciones más disputadas de su historia reciente. La apuesta por demócratas y republicanos por arañar votos ha llevado a los candidatos a lanzarse a la conquista en un contexto complicado para el trato directo con los votantes por culpa de la pandemia, que está pasando una alta factura al país.

Esta recta final hasta el día de elecciones no deja de sumar incógnitas a los que buscan hacer encuestas y acercarse a la realidad en lo que a intención de voto se refiere ya que hay muchos electores que no se encuentran cómodos con ninguno de los candidatos.

Trump o Biden, Biden o Trump. Pese a que la disyuntiva es esta, una parte considerable de la sociedad americana ve cómo ninguno de los principales candidatos – no hay que olvidar el postulado de otros candidatos fantasmas como el marido de Kim Kardashian, Kanye West – realmente aporta un programa que garantice unas políticas que gusten y que, a priori, mejoren las condiciones de vida de los americanos.

«La economía es clave para los americanos, por mucho que se hable de otros puntos en la campaña como la inmigración y los derechos. En realidad no deja de ser la potencia mundial gracias a ese punto y, por mucho que Trump no tenga una buena imagen por sus políticas en otros campos, en la parte económica lleva sumando positivos mucho tiempo en el campo de las finanzas porque no deja de dirigir el país como lo haría con cualquier empresa.

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Biden en ese sentido lanzó con su candidatura en 2019 unas líneas que se basaban en volver a retomar alianzas internacionales que se habían visto salpicadas o perjudicadas con la era Trump, apostar por una economía que garantice también la protección ambiental con una inversión que podría ascender hasta los dos billones de dólares y retomar los derechos a la atención médica de la herencia del Obamacare.

Por su parte, Trump sin embargo sigue fiel a su lema «América primero» y más tras la pandemia, que ha lastrado la economía como en el resto de países que han sufrido las consecuencias de una situación excepcional que ha requerido de recursos extra. Durante la campaña habló de una rebaja de impuestos a la clase trabajadora, pero también a las empresas, lo que garantizaría que se pudiera también promover la puesta en marcha y  la apuesta por la creación de empresas que garanticen la producción Made in USA (algo que lleva promoviendo desde que entró en la Casablanca y que le ha reportado grandes datos en creación de empleo).

Noviembre será, hispanos mediante, el momento de ver realmente cuál es el interés de los americanos, si continuar con las políticas centradas en la economía que propone Trump, sin hacer demasiado hincapié en lo social o, si por el contrario, pesará más la herencia Obama en el que fuera su segundo, Biden, y su preferencia por lo social.

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