Moncloa reconoce que los pactos de gobierno se tensan con la salida de Juan Carlos I

Las últimas declaraciones del Presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, que dejaban clara su postura en relación con la figura del monarca, Felipe VI, desvinculando su figura de la de su padre e institución, no han sentado del todo bien entre sus socios de gobierno.

La salida de España del rey emérito ha levantado suspicacias entre sus socios. Podemos y los partidos catalanes y vascos que le han permitido, hasta ahora, sacar adelante sus propuestas, sienten que se les ha dejado aparte de la negociación con Zarzuela y que, además, las declaraciones en relación a la institución monárquica, que ellos no consideran que representen sus intereses, les dejan al margen de cualquier posición decisiva en el gobierno.

Ha sido, además, hoy, en el Consejo de Ministros, donde el propio Sánchez ha puesto en claro su posición para salvaguardar las instituciones españolas, tanto monárquicas como políticas, como forma de estabilidad en un momento en el que la incertidumbre reina entre la sociedad y entre el propio gobierno y la UE.

Aún con el enfrentamiento en ciernes, lo cierto es que el blindaje del gobierno entre PSOE y Unidas Podemos está asegurado según las fuentes que aseguran que Presidente y Vicepresidente han negociado la continuidad de un proyecto de legislatura que quieren agotar.

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Si ha quedado algo claro después del Consejo de Ministros de este martes es la postura que seguirá Sánchez, como cabeza de gobierno y representante del PSOE de defender con uñas y dientes los dictados de la constitución y de la estabilidad de las instituciones como hoja de ruta para salir adelante a uno de los retos más complicados de la democracia: una pandemia que ha asolado no solo la economía sino también el trabajo y lo social.

Sin embargo, pese a este discurso institucional que, según quienes han estado presentes, recuerda al que sirvió de alianza con el PP para la aplicación del 155 en Cataluña, son muchas las voces que, ya en susurros, dicen no es el sentir mayoritario de su partido y, menos, tras la «espantada» de España del que fuera cabeza de la Casa Real hasta su abdicación.

Habrá que esperar, como comentan, cuáles serán los siguientes pasos para ver cuáles serán las posturas y declaraciones de partidos que llevan, en su propia lista de negociaciones, acciones que pondrían en entredicho a la propia constitución y a la propia institución monárquica.