Los expertos para la reforma fiscal recomiendan armonizar Patrimonio y Sucesiones y reducir impuestos a la electricidad

– También abogan por gravar el queroseno de los aviones, establecer un impuesto a los billetes de avión y eliminar tipos reducidos del IVA

MADRID, 03 (SERVIMEDIA)

El Comité de personas expertas para la reforma del sistema tributario aboga por establecer un tipo mínimo en los impuestos de Patrimonio y el de Sucesiones y Donaciones con el objetivo de limitar la «competencia a la baja» entre comunidades autónomas y evitar así «el vaciamiento» de estos tributos, así como otras medidas fiscales como reducir los impuestos a la electricidad, gravar el queroseno de los aviones, establecer un impuesto a los billetes de avión, y reducir la aplicación de los tipos reducidos y superreducidos del IVA.

Así lo indicó el presidente del grupo de expertos, Jesús Ruiz-Huerta, durante la rueda de prensa de presentación del ‘Libro Blanco’ para la reforma fiscal entregado al Ministerio de Hacienda como propuesta base sobre la que acometer una futura reforma del sistema fiscal.

El presidente del grupo de expertos resaltó al inicio de su intervención el «proceso de negociación intenso» para elaborar un «documento de consenso», de forma que el comité ha optado «por propuestas que son más viables y reflejan mejor que otras alternativas las preferencias comunes». Asimismo, aseguró que el comité ha tenido «libertad absoluta» para trabajar y que «no ha habido ninguna restricción de ningún tipo» ni «ninguna interferencia».

IMPUESTOS A LA RIQUEZA

Durante su exposición del contenido del documento, Ruiz-Huerta, catedrático emérito de economía aplicada de la Universidad Rey Juan Carlos I, apuntó que los datos evidencian un «aumento de la desigualdad y de la concentración» de la riqueza, por lo que tiene «todo el sentido aplicar impuestos sobre la riqueza».

Sobre esta tributación de la riqueza, el comité de expertos aboga por mantener los Impuestos al Patrimonio y el de Sucesiones y Donaciones, así como el límite a aplicar a la tributación conjunta de IRPF y Patrimonio -que incluso recomiendan aumentar al 70%, frente al 60% actual-, aunque también recomienda una moderación de los tipos, elevar los mínimos exentos, aumentar la base imponible y suavizar la escala de estos gravámenes.

Sobre este punto, María Teresa Soler Roch, catedrática emérita de derecho financiero y tributario de la Universidad de Alicante e integrante del grupo de expertos, recordó que la riqueza «se grava en muchísimos países», ya sea con un impuesto personal concreto como en el caso español, el de Luxemburgo o Suecia; o con distintos gravámenes que se aplican a elementos patrimoniales diferentes como pueden ser la propiedad inmobiliaria, determinados bienes de lujo, o los depósitos bancarios, entre otros; o como en el caso de Países Bajos, directamente haciendo tributar el patrimonio a través del impuesto sobre la Renta.

Asimismo, en cuanto al Impuesto de Sucesiones y Donaciones, Soler Roch recordó que si se eliminase este impuesto específico, las ganancias de patrimonio que suponen las herencias y las donaciones pasarían a tributarse a través del IRPF.

ARMONIZACIÓN

Sin embargo, según Ruiz-Huerta la «cuestión más polémica» en torno a estos impuestos es la armonización entre comunidades autónomas, ya que actualmente estos tributos pueden generar deslocalizaciones y «un problema de competencia a la baja» de la misma forma, apuntó, que ocurre a nivel europeo e internacional con el Impuesto de Sociedades.

Así, el grupo de expertos considera que hay que garantizar un equilibrio entre el reparto de las competencias normativas y la autonomía tributaria. En este sentido, Ruiz-Huerta afirmó que «la deriva de los últimos años» respecto a estos impuestos es de una «competencia a la baja» que ha dado lugar a que «estamos vaciando de contenido estos tributos que tienen una gran importancia».

En este sentido, el coordinador del grupo de expertos advirtió de que «la defensa sin matices del principio de autonomía no puede llevarnos al vaciamiento de determinados impuestos como son los impuestos patrimoniales» y lamentó que «desgraciadamente da la impresión de que vamos a eso».

En esta línea, Ruiz-Huerta señaló que «la desaparición de los impuestos implica la ausencia de poder aplicar la autonomía», a lo que Soler Roch añadió que la nueva tendencia en el ámbito internacional ante esta «fiscalidad del siglo XXI» es «procurar poner límites a la competencia fiscal», ya que esta «redunda en perjuicio de la corresponsabilidad y autonomía fiscal», además de recordar que la legislación española contempla límites a la cesión de competencias normativas a las comunidades autónomas.

Por ello, el comité de expertos considera que «tiene todo el sentido», con el objetivo de evitar dicho vaciamiento de los impuestos, «estudiar el establecimiento de límites mínimos de gravamen efectivo», permitiendo a las comunidades autónomas mantener sus competencias normativas dentro de ese margen limitado por dicho tipo mínimo. Además, Ruiz-Huerta subrayó que para elaborar su propuesta han recogido «también el sentir de las comunidades autónomas, y mayoritariamente eran partidarias en sus manifestaciones de algunas de las propuestas que recogemos en el libro».

En cuanto a la fijación del porcentaje concreto para ese tipo mínimo, Ruiz-Huerta indicó que son el Gobierno y las comunidades autónomas quienes deben llegar a un acuerdo al respecto en los foros correspondientes, como puede ser el Consejo de Política Fiscal y Financiera.

IMPUESTOS MEDIOAMBIENTALES

En lo que se refiere a la fiscalidad medioambiental, el grupo de expertos destaca que España «ha estado muy por debajo», en palabras de Ruiz-Huertas, respecto a la media de países europeos en este tipo de tributación, por lo que abogan por aumentarla aunque con «gradualismo» y teniendo en cuenta «la compensación a los colectivos afectados y la protección de la competitividad».

Así, entre otras medidas, los expertos recomiendan igualar el tipo efectivo de la gasolina y el diésel; bajadas tributarias en el ámbito de la tributación de la electricidad; gravar el queroseno; y establecer un impuesto a los billetes de avión, teniendo en cuenta compensaciones y utilizando parte de su recaudación a apoyar al sector aéreo en el desarrollo de combustibles más limpios.

Por último, otras medidas recomendadas por el comité son las de reducir el desfase con la UE en la recaudación de los diversos tributos, especialmente en el IVA, para el que recomiendan reducir la aplicación de los tipos reducidos y superreducidos; combatir el fraude fiscal; ajustar las tarifas del IRPF; establecer deducciones o prestaciones reembolsables en el IRPF para trabajadores con bajos salarios y por hijos, enfocados a la pobreza infantil.

Además, en lo relativo a la digitalización de la economía y las actividades emergentes, también recomiendan tener en cuenta el comercio electrónico transfronterizo, y actividades como el ‘streaming’, el juego ‘online’ o los criptoactivos.

En cuanto a los tiempos para aplicar la reforma fiscal, Ruiz-Huerta apuntó que «en la situación actual va a ser muy difícil poder proponer medidas inmediatas para introducir cambios», ya que «el panorama ha cambiado radicalmente desde que se puso en marcha la invasión de Ucrania», por lo que lo prioritario es primero apuntalar la recuperación económica y después empezar a aplicar la reforma de forma gradual, teniendo como prioridad la fiscalidad medioambiental.