Ventajas y beneficios de utilizar plásticos y mallas en invernaderos

En el mundo de la agricultura moderna, el uso de invernaderos se ha convertido en una práctica común para optimizar el crecimiento de cultivos y protegerlos de condiciones adversas. Una de las decisiones clave en el diseño y construcción de un vivero es la elección del material para cubrir la estructura. Los plásticos y las mallas son dos de las opciones más populares, cada uno con sus propias ventajas y beneficios que se adaptan a diferentes necesidades y objetivos. Algunas razones para la utilización, son: 

Control de las condiciones ambientales

Una de las principales razones para utilizar plásticos y mallas en invernaderos es el control de las condiciones ambientales. Los plásticos proporcionan una cobertura continua que ayuda a mantener una temperatura interna más estable, protegiendo los cultivos de las fluctuaciones extremas de temperatura. Esto es especialmente importante en climas donde las diferencias entre el día y la noche pueden ser significativas. Al usarlo, se puede crear un microclima ideal para el crecimiento de las plantas, mejorando su desarrollo y rendimiento.

Por otro lado, las mallas también juegan un papel crucial en el control ambiental, pero de manera diferente. Las de tipo sombreo, por ejemplo, reducen la intensidad de la luz solar directa, lo que es beneficioso para cultivos que no toleran la exposición intensa al sol. Además, permiten una ventilación adecuada, lo que ayuda a prevenir el sobrecalentamiento en climas cálidos.

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Protección contra plagas y enfermedades

Los plásticos crean una barrera física que impide la entrada de insectos y otros organismos nocivos, reduciendo así la necesidad de pesticidas y otros tratamientos químicos. Esto no solo protege los cultivos, sino que también contribuye a una producción más limpia y sostenible.

Las mallas, especialmente las finas, también son efectivas para mantener a los insectos fuera. Además, algunas están diseñadas específicamente para bloquear ciertos tipos de plagas, proporcionando una seguridad adicional sin la necesidad de aplicaciones químicas.

Optimización del uso de recursos

Los plásticos, al crear un ambiente controlado, pueden reducir el consumo de agua al minimizar la evaporación y mantener la humedad en niveles adecuados. Esto es especialmente beneficioso en regiones donde el agua es un recurso limitado y costoso.

Las mallas también contribuyen a la eficiencia en el uso del agua al permitir una ventilación adecuada que previene la acumulación excesiva de humedad. Además, las de sombreo pueden reducir la necesidad de riego frecuente al limitar la cantidad de luz solar directa que llega a las plantas, lo que puede disminuir la evaporación del suelo.

Facilidad de manejo y mantenimiento

La facilidad de manejo y mantenimiento es otra razón para optar por alguno de ellos. Los plásticos, a pesar de su necesidad de reemplazo eventual debido al desgaste, son relativamente fáciles de instalar y mantener. Su superficie lisa facilita la limpieza y el control de la acumulación de hongos y bacterias.

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Las mallas, por su parte, son duraderas y requieren menos mantenimiento. Una vez instaladas, pueden durar varios años sin necesidad de reemplazo, y su diseño permite un fácil acceso para la ventilación y el manejo de los cultivos.

Reducción de costos y aumento de la rentabilidad

Aunque la inversión inicial en materiales puede ser significativa, los beneficios a largo plazo, como el resguardo contra plagas y el ahorro en recursos, pueden compensar estos costos. Permiten una mayor producción en menor tiempo, lo que puede traducirse en un retorno de inversión más rápido y una mayor rentabilidad para los productores.

Además, la reducción en el uso de pesticidas y el ahorro en el consumo de agua también contribuyen a una reducción de costos operativos, haciendo que la producción sea más económica y sostenible.

En Deltalene, comentan: “Entendemos que cada detalle cuenta cuando se trata de maximizar el potencial de tus cultivos.”

La elección entre plásticos y mallas para cubrir un invernadero depende de varios factores, incluyendo el tipo de cultivo, las condiciones climáticas y los objetivos de producción. Ambos materiales ofrecen ventajas significativas en términos de control ambiental, protección de cultivos, optimización de recursos, facilidad de mantenimiento, reducción de costos y adaptabilidad. Al seleccionar el material adecuado, los productores pueden mejorar la eficiencia y la sostenibilidad de sus operaciones agrícolas, contribuyendo a una producción más rentable y respetuosa con el medio ambiente.

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